Orizaba, Ver.- El cierre de año puede ser para muchos el inicio de nuevos proyectos, pero para algunas personas representaba un problema emocional fuerte, un impacto social que no sabían manejar, no obstante el recibir ayuda y sentirse identificadas les ayudó a sanar.
Sofía y Verónica son dos mujeres que pasaron por momentos lastimosos sin que detectará en su juventud una neurosis hasta que fueron apoyadas, esta es la historia, Verónica recuerda que su miedo, angustia y ansiedad la llevaban a sentir desesperación, "todas esas emociones me hicieron buscar medicamentos que me dieran tranquilidad y pese a que tomé muchas cosas y fui con brujos no me calmaba".
Desesperada por no tener una solución, señala que prendió la radio esa tarde en su casa y escuchó acerca de los síntomas que ella padecía y apoyada por su tío, la persona que le dio la figura paterna le acompañó a Neuróticos Anónimos.
"Tenía una caja llena de medicamentos, pero no tenía dinero, mi tío me llevó con todo y el pánico, entre y me recibieron, me escucharon y me ayudaron a tener tranquilidad".
Para Vero, las fechas decembrinas son una índole de tristeza sin que pueda llegar a afectarle como lo hizo hace años, su tío hace dos años falleció y para ella fue un golpe fuerte, "la ola de pandemia contagio a mi tío, lo lleve al hospital muy mal, lo vi entrar, pero no lo vi salir, me entregaron en un ataúd y eso fue un golpe fuerte".
Síguenos a través de Google News
Afortunadamente, el apoyo que recibió de sus compañeros de grupos le ayudó a que estas fiestas decembrinas no sean "pesadas" para ella viviendo este proceso, "él murió el 11 de diciembre y la primera Navidad no la pasó más con nosotros, lo recordamos en todos los aspectos, fungió como mi padre".
El miedo y la inseguridad "arrasan" con los buenos momentos
Sofía, sentía algo similar, la ansiedad y tristeza le invadieron, pero su curiosidad fue más y esta la hizo llegar a Neuróticos Anónimos, de joven se sentía mal, con miedos, inseguridades y hoy sabe que padeció de ansiedad, sin embargo, en su momento los medicamentos no fueron una solución para ella.
"Sentía que me iba a morir porque no podía dormir como debe ser, mis hijas me acompañaban a caminar y no me cansaba, por lo que en una de esas caminatas me tope con el grupo, mi hija la mayor me dijo, vamos a preguntar y eso hicimos".
Con el tiempo el ser escuchada le daba la fortaleza para seguir adelante, recuperó el sueño y las ganas de vivir, pero lamentablemente una de sus hijas murió a causa de un infarto cerebral, "fue tan rápido, el lunes se internó y el miércoles ella no estaba, sentía que me moría y mis compañeros me apoyaron, mis hijas y por mis nietos salí adelante, ella era mi sustento".
Para Sofía, el perder a su hija, uno de sus apoyos y con quien entró por primera vez a las instalaciones de Neuróticos Anónimos; las fechas decembrinas son un lugar vacío en la mesa donde la tristeza va de su corazón, sin embargo, sabe que no está sola, ya que tiene a sus otros hijos, pero el sufrimiento ya no es el mismo.