/ sábado 27 de enero de 2024

Adolescentes abusadores sexuales, ¿víctimas o victimarios?

Históricamente los padres, abuelos, tíos, primos, hermanos, padrastros, amigos y actualmente compañeros de escuela, han abusado de niñas, niños y adolescentes. Miles de jovencitas, casi niñas, han quedado embarazadas por sus propios padres o familiares, las obligan a abortar clandestinamente, las esconden o exilian; el padre agresor decidía su destino.

Lamentablemente aún existe machismo en la familia y sociedad, es peligroso que en las escuelas protegen al violador, al agresor sexual, las directoras como autoridad escolar deben de proteger a la víctima y realizar acciones de prevención con perspectiva de género para evitar las violaciones sexuales en los planteles donde ellas son autoridad, pero hoy en día siguen siendo ignorantes y la mayoría de las veces lo hacen a propósito, porque se protegen unos a otros para evitar la responsabilidad, hay complicidad en las violaciones sexuales que las alumnas sufren.

Aunado a esto, todos los adolescentes violadores sexuales, menores infractores, deben de regirse al artículo 1 de la “Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes”, es risorio ya que esta ley está hecha para proteger en todo momento al adolescente delincuente violador, “todos los derechos cuidados para los menores infractores”, protegiendo los derechos humanos del delincuente, dando a entender, “pobrecito, no sabía lo que hacía porque es un adolescente”; por supuesto que saben lo que hacen, hay dolo, ventaja, premeditación, y es injusto para la víctima.

Es cruel lo que sufren las niñas y adolescentes víctimas de violación sexual, ya que deben pasar por una serie de periciales, donde vuelven a ser violadas, físicamente y emocionalmente. ¿Por qué lo digo?, porque la pericial ginecológica es cruda, ya que la víctima es esculcada detenidamente, tienen que revisar sus partes íntimas, cosa que no es fácil para una jovencita. Emocionalmente las preguntas son repetitivas, en cada pericial tienen que contar desde un inicio el momento de la violación sexual que sufrieron, es traumatizante y doloroso para la víctima, ya que casi en todos los casos en estos delitos no hay testigos, porque los delitos sexuales son delitos ocultos. Todos estos factores, sumados a los prejuicios culturales, operan en detrimento de los niños, así como opera una premisa falsa que sostiene que “si no hay lesión, no hubo abuso”. Esto agrava la situación porque sin detección, las adolescentes y niñas no reciben tratamiento, protección ni justicia.

La UNICEF dice que la mayoría de los casos detectados no suele haber lesiones físicas que funcionen como indicios para determinar quién fue el agresor, ni hay una conducta específica o prototípica que las niñas, niños, presenten, tampoco hay testigos ya que quien comete abuso sexual suele hacerlo a escondidas.

De acuerdo con especialistas en el tema, los NNyA, víctimas de abuso sexual familiar, con frecuencia callan, por miedo, culpa, impotencia, desvalimiento, vergüenza, suelen experimentar un trauma peculiar y característico de estos abusos; se sienten cómplices, impotentes, humillados y estigmatizados.

Este trauma avanza con el tiempo cuando la conciencia de lo sucedido es mayor. Es decir, si el niño sufrió dichos abusos en su adolescencia lo tendrá presente y asimismo en su adultez. Los niños que fueron abusados presentarán una conducta sexual problemática, existe el riesgo de que puedan llegar a ser agresores sexuales en su adolescencia o adultez, esto último es importante ya que de acuerdo a los especialistas en el tema dicen que el niño o niña que sufrió abuso sexual, en su adolescencia y adultez probablemente serán agresores sexuales, entonces el niño abusado sexualmente es víctima y cuando crece será victimario.

Es importante, padres de familia, que si tu hijo adolescente es un agresor sexual, debes de atenderlo porque puede que tu hijo haya sido abusado sexualmente en su niñez y tú ni cuenta te diste o no pudiste darle atención.

lexfemme.12@hotmail.com

Históricamente los padres, abuelos, tíos, primos, hermanos, padrastros, amigos y actualmente compañeros de escuela, han abusado de niñas, niños y adolescentes. Miles de jovencitas, casi niñas, han quedado embarazadas por sus propios padres o familiares, las obligan a abortar clandestinamente, las esconden o exilian; el padre agresor decidía su destino.

Lamentablemente aún existe machismo en la familia y sociedad, es peligroso que en las escuelas protegen al violador, al agresor sexual, las directoras como autoridad escolar deben de proteger a la víctima y realizar acciones de prevención con perspectiva de género para evitar las violaciones sexuales en los planteles donde ellas son autoridad, pero hoy en día siguen siendo ignorantes y la mayoría de las veces lo hacen a propósito, porque se protegen unos a otros para evitar la responsabilidad, hay complicidad en las violaciones sexuales que las alumnas sufren.

Aunado a esto, todos los adolescentes violadores sexuales, menores infractores, deben de regirse al artículo 1 de la “Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes”, es risorio ya que esta ley está hecha para proteger en todo momento al adolescente delincuente violador, “todos los derechos cuidados para los menores infractores”, protegiendo los derechos humanos del delincuente, dando a entender, “pobrecito, no sabía lo que hacía porque es un adolescente”; por supuesto que saben lo que hacen, hay dolo, ventaja, premeditación, y es injusto para la víctima.

Es cruel lo que sufren las niñas y adolescentes víctimas de violación sexual, ya que deben pasar por una serie de periciales, donde vuelven a ser violadas, físicamente y emocionalmente. ¿Por qué lo digo?, porque la pericial ginecológica es cruda, ya que la víctima es esculcada detenidamente, tienen que revisar sus partes íntimas, cosa que no es fácil para una jovencita. Emocionalmente las preguntas son repetitivas, en cada pericial tienen que contar desde un inicio el momento de la violación sexual que sufrieron, es traumatizante y doloroso para la víctima, ya que casi en todos los casos en estos delitos no hay testigos, porque los delitos sexuales son delitos ocultos. Todos estos factores, sumados a los prejuicios culturales, operan en detrimento de los niños, así como opera una premisa falsa que sostiene que “si no hay lesión, no hubo abuso”. Esto agrava la situación porque sin detección, las adolescentes y niñas no reciben tratamiento, protección ni justicia.

La UNICEF dice que la mayoría de los casos detectados no suele haber lesiones físicas que funcionen como indicios para determinar quién fue el agresor, ni hay una conducta específica o prototípica que las niñas, niños, presenten, tampoco hay testigos ya que quien comete abuso sexual suele hacerlo a escondidas.

De acuerdo con especialistas en el tema, los NNyA, víctimas de abuso sexual familiar, con frecuencia callan, por miedo, culpa, impotencia, desvalimiento, vergüenza, suelen experimentar un trauma peculiar y característico de estos abusos; se sienten cómplices, impotentes, humillados y estigmatizados.

Este trauma avanza con el tiempo cuando la conciencia de lo sucedido es mayor. Es decir, si el niño sufrió dichos abusos en su adolescencia lo tendrá presente y asimismo en su adultez. Los niños que fueron abusados presentarán una conducta sexual problemática, existe el riesgo de que puedan llegar a ser agresores sexuales en su adolescencia o adultez, esto último es importante ya que de acuerdo a los especialistas en el tema dicen que el niño o niña que sufrió abuso sexual, en su adolescencia y adultez probablemente serán agresores sexuales, entonces el niño abusado sexualmente es víctima y cuando crece será victimario.

Es importante, padres de familia, que si tu hijo adolescente es un agresor sexual, debes de atenderlo porque puede que tu hijo haya sido abusado sexualmente en su niñez y tú ni cuenta te diste o no pudiste darle atención.

lexfemme.12@hotmail.com