Orizaba, Ver.- Si la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprueba no permitir una manifestación cultural y religiosa como lo es colocar un nacimiento en un espacio público, como pretenden hacerlo en Chocholá, Yucatán, sería un atentado al derecho a la libertad religiosa, a la de pensamiento, de expresión y a la libertad de creencia que está fundamentada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos asevera el Padre Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba.
Menciona que esto incluso atenta contra la reforma a los Derechos Humanos que hace algunos años se hizo a la Constitución Mexicana. “Tenemos que recordar que nuestra Constitución protegía al Estado no al ciudadano y con la reforma de los Derechos Humanos se ha querido centrar en la dignidad humana, los derechos y la garantía de estos en la Constitución”.
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Por ello, los Obispos de México hicieron un llamado a los Magistrados de la SCJN para que hagan una reflexión y abran un espacio de diálogo, pues discutir un tema así no es -como algunos lo quieren hacer ver- un asunto que solo se va a aplicar en ese municipio.
Enfatiza que si se acepta este dictamen puede generar jurisprudencia para aplicarse en el resto del país. “Eso es lo que están tratando de manifestar los obispos como un atentado a la libertad religiosa”.
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¿Por qué la pluralidad no se puede otorgar intolerancia según Enríquez Báez?
Subraya que la pluralidad no se puede dar con intolerancia y recordó que eso se vivió en la década de los años 20. “Estamos en un país plural y, no es acallando las voces ni reprimiendo las manifestaciones como se vive la pluralidad y la tolerancia, sino generando espacios de diálogo de comprensión, donde nos podamos manifestar realmente todos los ciudadanos; eso es lo que piden los obispos”, resalta.
La libertad religiosa, la libertad de expresión, la Declaración de los Derechos Humanos dice que toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia, así como la libertad de manifestar su religión o creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado.
Añade que la expresión religiosa es un derecho humano así como el poder manifestarla también en público.
“Creo que tal vez en la redacción de lo que se está llevando a cabo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, más que un intento de hablar de pluralidad es un intento de represión y de acallar un derecho que costó a muchos incluso la vida, para que en nuestro país tuviéramos esa libertad de expresión y esa libertad religiosa”.
Destaca que, si se acepta esa propuesta y se genera una jurisprudencia, después pueden venir otras jurisdicciones donde prohíban las procesiones, las peregrinaciones o los viacrucis.
“Hay que ser congruentes, sabemos que hay objetos religiosos, signos religiosos en espacios públicos. Hay cruces, custodias, cálices en los museos que se sostienen con el erario público y no pueden aplicar la ley a modo ni conforme solo a conveniencia. Tenemos que abrir espacios de diálogo, no deben manifestarse leyes intolerantes que han fracasado en nuestro país y que no son expresión de un verdadero Estado de Derecho democrático”.
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Finalmente, el vocero diocesano dijo que se espera no vivir lo mismo que en Nicaragua. “Estamos a tiempo, estamos buscando el diálogo y denunciando los intentos, que se pudieran manifestar después en otros signos intolerantes como sucede en otros países.
