Nogales, Ver.- Cerca de un centenar de personas, feligreses de la Parroquia San Isidro Labrador, de El Encinar, comenzaron la reforestación en las comunidades de Palo Verde, El Nicho y Chicahuaxtla, en la zona serrana de este municipio.
La jornada se realiza a iniciativa del Párroco Marcos Palacios Cárdenas, con el apoyo del Club Rotario del Valle de Orizaba y la Fundación Salvatierra.
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La jornada comenzó antes de las 7 de la mañana, cuando llegaron los feligreses, en su mayoría varones, así como mujeres y jóvenes, quienes ayudaron a cargar la planta en el camión que la trasladaría hasta un punto estratégico, donde la descargaron y llevaron a cuestas hasta donde la plantarían.
En el lugar conocido como la Quinta, descargaron la planta y cada una de las personas cargó una o dos bolsas con varias plantas. Recorrieron cerca de 500 metros para llegar al lugar donde comenzaron a sembrarlas.
El Padre Marcos Palacios, quien encabezó esta acción recuerda que la falta de cuidado del medio ambiente y la tala inmoderada está acabando con los pulmones de la zona de las Altas Montañas.
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La falta de agua que resienten cientos de familias de municipios del Valle de Orizaba es resultado de la deforestación causada por el hombre, que no solo tala los bosques, sino que con prácticas agrícolas como las “quemas”, arrasa con la vegetación y la fauna endémica.
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¿Por qué los ciudadanos deben recuperar y preservar los bosques?
Subraya que recuperar los bosques no es solo responsabilidad de las autoridades, sino también de los ciudadanos de todos los sectores, por ello, consiente de la gravedad del problema climático, fue que convocó a la feligresía a reforestar las montañas de su municipio y obtuvo respuesta.
Agradece el apoyo del Club Rotario del Valle de Orizaba, que respondió también a la invitación y fue enlace con la Fundación Salvatierra, que fue la que dotó de 8 mil plantas de pino patula, que ya comenzaron a sembrarse.
Finalmente, el padre Marcos Palacios recuerda que el proyecto de reforestación no termina con la siembra de las plantas, sino que continúa con la vigilancia y cuidado de los mismos durante los próximos tres años, para garantizar que crezcan y así se renueven los bosques que se perdieron.
