/ miércoles 13 de marzo de 2024

Domina la posverdad

Celebrar elecciones en un ambiente de paz y legalidad no es solo un reto operativo, es una condición indispensable para la vigencia del Estado democrático de derecho en México. Que nadie lo pierda de vista. Está en juego mucho más que una simple contienda electoral.

Han dado inicio, de manera formal y legal, las campañas electorales con miras hacia los próximos comicios. Sería un error concluir, como bien lo pueden señalar quienes optan por el abstencionismo, en realidad, nada cambiaría ante los eminentes cambios.

Y, en cierto sentido, será difícil invitarles a que su opinión sea diferente: en estos pocos días la clase política se ha encargado de brindarles más de una razón y numerosos ejemplos para mantener su incredulidad y escepticismo ante el proceso democrático que ha sido tan difícil construir y, sobre todo, mantener en pie frente a los embates que pretenden desestabilizarlo.

Sería muy extraño escuchar a quien afirmara que llegó el tan "esperado momento" en el que inician las campañas electorales.

Se observa una oposición que pretende consolidarse como una opción viable, sin embargo, al no lograr desmarcarse de su propia historia, en la que ha dejado claroscuros en su ejercicio del poder no ha terminado por ser tan convincente frente al escepticismo que despiertan las banderas políticas que hoy conforman la coalición Fuerza y Corazón por México.

Si antes se decía que se apostaba por cierta amnesia política y que la sociedad terminaría por dejar el estante del olvido las faltas y omisiones, los errores, y el cinismo de quienes en su momento, ostentaron los cargos más importantes en la administración pública, hoy no se puede desestimar la importancia de los recursos informativos con los que se cuenta: no falta quien recuerde algo que sea de otro eslabón en el lastre del pasado que se cifra en la llamada oposición. Si su apuesta se concreta en ser quienes amalgamen el descontento y la inconformidad ante el actual gobierno, se quedarán cortos en sus alcances. Tal vez, en sus llamados "cuartos de guerra", no han dejado de lado que la caricaturización de sus figuras es, entre la sociedad, uno de sus principales puntos débiles. Claro, la memoria también tiene una suerte de humor negro que corroe su presente.

En efecto, estamos ante un proceso electoral que también implicará un reto para nuestra memoria y el peso le damos a la historia de cada opción. Sin embargo, el verdadero peso específico se encuentra en la complejidad del presente y la visión del futuro que queremos para nuestro país.

Esa decisión la tenemos en nuestras manos. Invitemos al voto y consolidemos mecanismos para la oportuna y transparente rendición de cuentas. Aprendamos de la historia y de las mentiras.

En ese contexto se presenta un episodio donde todos somos protagonistas en la definición del porvenir, las condiciones extraordinarias actuales requieren también acciones extraordinarias.

En otro tema, les comento: los periodistas tienen un superpoder que es la palabra y como dice Spider Man, citando un clásico, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Hoy por hoy, la manera en la que cubren, redactan, titulan y difunden notas de violencia de género son todo menos equilibradas: hay sesgos, hay machismo y hay tendencias alimentadas por estereotipos sociales.

"La labor informativa tiene un impacto muy importante en la conformación de nuestros pensamientos y opiniones, influyendo en las estructuras y sistemas sociales directamente", reza un reporte realizado a lo largo de un año por la agencia LLYC. El informe se llama "Desenfocadas”.

Celebrar elecciones en un ambiente de paz y legalidad no es solo un reto operativo, es una condición indispensable para la vigencia del Estado democrático de derecho en México. Que nadie lo pierda de vista. Está en juego mucho más que una simple contienda electoral.

Han dado inicio, de manera formal y legal, las campañas electorales con miras hacia los próximos comicios. Sería un error concluir, como bien lo pueden señalar quienes optan por el abstencionismo, en realidad, nada cambiaría ante los eminentes cambios.

Y, en cierto sentido, será difícil invitarles a que su opinión sea diferente: en estos pocos días la clase política se ha encargado de brindarles más de una razón y numerosos ejemplos para mantener su incredulidad y escepticismo ante el proceso democrático que ha sido tan difícil construir y, sobre todo, mantener en pie frente a los embates que pretenden desestabilizarlo.

Sería muy extraño escuchar a quien afirmara que llegó el tan "esperado momento" en el que inician las campañas electorales.

Se observa una oposición que pretende consolidarse como una opción viable, sin embargo, al no lograr desmarcarse de su propia historia, en la que ha dejado claroscuros en su ejercicio del poder no ha terminado por ser tan convincente frente al escepticismo que despiertan las banderas políticas que hoy conforman la coalición Fuerza y Corazón por México.

Si antes se decía que se apostaba por cierta amnesia política y que la sociedad terminaría por dejar el estante del olvido las faltas y omisiones, los errores, y el cinismo de quienes en su momento, ostentaron los cargos más importantes en la administración pública, hoy no se puede desestimar la importancia de los recursos informativos con los que se cuenta: no falta quien recuerde algo que sea de otro eslabón en el lastre del pasado que se cifra en la llamada oposición. Si su apuesta se concreta en ser quienes amalgamen el descontento y la inconformidad ante el actual gobierno, se quedarán cortos en sus alcances. Tal vez, en sus llamados "cuartos de guerra", no han dejado de lado que la caricaturización de sus figuras es, entre la sociedad, uno de sus principales puntos débiles. Claro, la memoria también tiene una suerte de humor negro que corroe su presente.

En efecto, estamos ante un proceso electoral que también implicará un reto para nuestra memoria y el peso le damos a la historia de cada opción. Sin embargo, el verdadero peso específico se encuentra en la complejidad del presente y la visión del futuro que queremos para nuestro país.

Esa decisión la tenemos en nuestras manos. Invitemos al voto y consolidemos mecanismos para la oportuna y transparente rendición de cuentas. Aprendamos de la historia y de las mentiras.

En ese contexto se presenta un episodio donde todos somos protagonistas en la definición del porvenir, las condiciones extraordinarias actuales requieren también acciones extraordinarias.

En otro tema, les comento: los periodistas tienen un superpoder que es la palabra y como dice Spider Man, citando un clásico, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Hoy por hoy, la manera en la que cubren, redactan, titulan y difunden notas de violencia de género son todo menos equilibradas: hay sesgos, hay machismo y hay tendencias alimentadas por estereotipos sociales.

"La labor informativa tiene un impacto muy importante en la conformación de nuestros pensamientos y opiniones, influyendo en las estructuras y sistemas sociales directamente", reza un reporte realizado a lo largo de un año por la agencia LLYC. El informe se llama "Desenfocadas”.