Amatlán, Ver.- ¿Sabias que en el interior de la parroquia de Los Santos Reyes, en el municipio de Amatlán existe una imagen con casi 500 años de antigüedad? Se trata del Señor de la Preciosa Sangre o de la Antigua Capilla de Cal y Canto y tiene, según cuenta la leyenda, 476 años.
Pero ¿cuál es la historia de esta imagen que se encuentra colocado en la entrada derecha de esta parroquia?,, a decir del promotor cultural e investigador histórico amatleco Hugo López Hernández, está imagen data de antes del año 1547 que fue cuando se apareció en las inmediaciones de este municipio.
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Cuenta, que hace muchos años, allá por 1547 había un terreno lleno de árboles frutales y piñales cerca del primer cuadro de la cabecera municipal, dentro de todos los árboles destacaba uno por su frondosidad un día ese árbol, de ramas gruesas y fuertes, se transformó en la imagen de Jesucristo.
Este hecho conmocionó sobremanera a los pobladores y la noticia de la aparición de un Cristo se difundió rápidamente, fue en entonces que una señora de mucho dinero que vivía cerca del lugar, y además era dueña de los terrenos, decidió construir una capilla con paredones de piedra y cal, y techo de teja.
Una vez construida la capilla, se procedió a hacer la bendición correspondiente y, entre cantos y alabanzas se decidió colocar la imagen aparecida en el altar mayor, al día siguiente unos feligreses que querían venerar la imagen acudieron al templo y descubrieron que la imagen ya no estaba.
Comenzaron a buscarla y la encontraron en el lugar donde se apareció por primera vez, tras varios intentos de colocarla en el altar mayor sin éxito por lo que decidieron venerarla en el mismo lugar, no fue sino hasta finales del siglo XVII que se comenzó la edificación del templo actual el cual recibió el título de “parroquia” hasta 1773.
¿Cuándo movieron la imagen del Señor de la Preciosa Sangre a la parroquia?
Pero no fue sino hasta mayo de 1618 que los feligreses decidieron trasladar la imagen del Señor de la Preciosa Sangre a la parroquia para su veneración, pero sucedió lo mismo que en la antigua capilla de piedra y cal: la imagen regresaba a su capilla, así fue hasta el tercer intento que se logró su colocación en donde se encuentra actualmente.
Cuenta que primero se intentó colocar en el altar mayor, “pero él no quiso estar ahí, no fue sino hasta el tercer intento que logró permanecer en la parroquia, pero no al centro, sino a un costado, ahí donde se encuentra ahora, la gente dice que quiso estar en la entrada para dar la bienvenida a los feligreses y vienen a visitarlo”.
La historia dice que la imagen aparecida, también llamado “El Señor Amateco” tiene dos hermanos más “El señor de Otatitlán” en nuestro estado de Veracruz y “El señor del calvario” en Tlacotepec, Puebla y que de igual manera son muy visitados en su día.
Lo único que hace diferente a estas tres imágenes es las de Otatitlan y Tlacotepec están hechas en un tono más oscuro que el del Señor Amateco, aunque los tres son igual de venerados por los fieles que acuden a ellos en momentos de crisis espiritual o para solicitar su intercesión para solucionar algún problema.
Nota publicada en El Sol de Córdoba